Comunicados | Colegio Santo Tomás Los Ángeles

El Combate Naval de Iquique: catalizador de identidad nacional

Publicado el 20/05/16

Este año se cumple un nuevo aniversario de aquella gesta heroica ocurrida un 21 de mayo de 1879 en la rada de Iquique, en la cual jóvenes hombres de mar perdieron la vida en un combate desigual, ante un coloso de los mares: el monitor peruano Huáscar.

Quizás algunos, los más pragmáticos, se preguntarán ¿por qué recordar una derrota?

Desde el punto de vista histórico, debemos en primer lugar explicar brevemente el contexto en el cual se desarrolló la gesta de Iquique, para comprender el por qué, pese a la derrota, tuvo un significado dinamizador dentro del proceso bélico que vivía nuestro país.

Según Sater, “los primeros meses de la guerra frustraron al público chileno, el que se volvió contra sus gobernantes a quienes creían mal dispuestos o incapaces de dirigir la nación.” Es preciso señalar que desde la ocupación de Antofagasta en febrero de 1879, la guerra pareció ralentizarse, provocando que muchos desertaran y culparan al gobierno por no preocuparse oportunamente de los pertrechos y aprovisionamiento del ejército, por permitir que oficiales incompetentes estuvieran al mando de las tropas, y por preocuparse de la política partidista más que de los destinos de la guerra. En la construcción de esta opinión, la prensa de la época contribuyó en gran medida.

Estas acusaciones, junto con la falta de iniciativa del gobierno, desilusionó a quienes se encontraban – como decía un diario de la época – “encerrados en una atmósfera de impaciencia, de disgusto y de comprimida cólera debido a la inercia y el desconcierto que se nota en los dirigentes de la guerra”.

Dado este contexto de descontento generalizado, el Combate Naval de Iquique representó un punto de inflexión. Según Fuenzalida, “la sociedad entera, en forma vertical y transversal sintió el llamado de las armas. Esto nos lleva a que se enrolaron campesinos, obreros, profesionales, mineros, empleados públicos, estudiantes…” ¿el motivo? El honor de la patria estaba en juego, y como en el país existía añoranza de sacrificio e inspiración, según Sater se “formó una atmósfera de opinión tal, que al producirse el hecho catalizador de Iquique, se aseguró la popularidad inicial de Arturo Prat llevándolo hacia la prominencia nacional.”

En la actualidad, si bien estamos lejos de la coyuntura bélica que afectaba al país en 1879, también necesitamos “hechos catalizadores” que estimulen la identidad nacional de nuestra población, la que ha estado relegada al baúl de los ideales que contadas veces se incentivan desde la escuela con un real significado de pertenencia a una historia, tradiciones, anhelos y esperanzas comunes. Una de las misiones olvidadas de la escuela hoy, que debe ser retomada con el regreso a las aulas de las clases de Educación Cívica.

 

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Paula Luna Ramírez, Directora Colegio Santo Tomás Los Ángeles